Las principales marcas de ruedas han revolucionado el ciclismo de carretera y de montaña al impulsar un cambio significativo en la anchura de las llantas. Este avance, que incluye mayores medidas interiores y exteriores, tiene como objetivo mejorar la aerodinámica del conjunto rueda-neumático, ofreciendo un rendimiento superior. Aunque este cambio comenzó hace años, fue la marca estadounidense HED, liderada por Steve Hed, pionera en comercializar llantas más anchas con sus icónicas C2 en 2006. Estas llantas demostraron, a través de pruebas en túneles de viento junto a ciclistas de élite como Lance Armstrong, los beneficios de esta tecnología. Hoy, marcas como Bontrager, Zipp y Mavic (con sus Cosmic Pro Carbon SL) también apuestan por este diseño, con estándares que alcanzan anchuras interiores de 20-21 mm y exteriores de hasta 26 mm. Si estás buscando maximizar tu experiencia en carretera o montaña, explora nuestra amplia selección de bicicletas de carretera y bicicletas de montaña para aprovechar al máximo estas innovaciones.
Cuestión de aerodinámica
Actualmente podemos comprobar que los equipos de ciclismo en ruta profesionales usan cubiertas y tubulares de 23 a 26 mm. Los grandes constructores del ciclismo se adaptan a nuevas medidas o pasos de rueda superiores para montar cubiertas a partir de 25 mm. La razón para este aumento es la eficiencia a nivel aerodinámico y de comodidad a la hora de rodar con la bicicleta. Sin querer profundizar mucho en la base científica, el principio de mejora del coeficiente de rodadura está relacionado con una evidente mayor eficiencia en el contacto con el asfalto. Cuando las cubiertas son más anchas, pongamos por ejemplo 25 mm, la huella que deja en el piso es más redondeada, si vemos la que deja un neumático de 23 mm es más fina pero más alargada. El resultado es que esta huella tiene mejores prestaciones en aspectos tan importantes como la velocidad del ciclista o la resistencia de rodadura, que al ser menor hace ahorrar energía. A todos estos beneficios le sumamos una mayor comodidad y facilidad de maniobra.
Mayor resistencia a los pinchazos
Las cubiertas más anchas en aros anchos permiten que se puedan usar a presiones inferiores sin que mermen sus prestaciones y con una mejora evidente de la calidad de rodadura. Especialmente podemos notarlo en el agarre en terrenos húmedos y además proporciona mayor resistencia a los pinchazos. No nos olvidamos de un aspecto como el peso, y es que las cubiertas más anchas como es lógico pesan más, unos pocos gramos, pero ese peso extra está situado en la parte exterior de la rueda y no tiene una influencia dinámica decisiva en la bicicleta. En palabras del responsable de HED en Europa, Pepe Navarro: “Recomendamos que se usen cubiertas de 23 mm como mínimo y en caso de que el paso de rueda de la bicicleta lo permita mejor si son de 25 mm”. A esto añade que “la combinación que podríamos decir ideal es usar unas ruedas que tengan aros anchos adecuadas a estas medidas, lo cual repercutirá en un mejor rendimiento”. ¿Te animas a probarlas?